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El pensamiento es toda actividad de la mente humana fruto de su intelecto. Pueden ser tanto razonamientos como abstracciones como imaginaciones. Según la teoría cognitiva existen distintos tipos de pensamiento: pensamiento sistémico, pensamiento deductivo, pensamiento inductivo o deductivo… y, por supuesto, el pensamiento analítico que es el que vamos a desentrañar en este artículo.

Erróneamente se tiende a creer que el pensamiento analítico se utiliza únicamente en la resolución de problemas matemáticos o en programación, pero nada más lejos de la realidad, éste puede utilizarse y de hecho se utiliza en todas las áreas de conocimiento, incluso en nuestra vida diaria hacemos uso de él de forma habitual. Por ejemplo, es muy útil, en los departamentos de incidencias o de atención al cliente.

La clave del pensamiento analítico es el descomponer los problemas complejos en pequeñas partes, más simples y fáciles de analizar y solventar. Una de las principales ventajas de su aplicación es que evita los bloqueos puesto que siempre nos ayuda a avanzar ya sea recopilando información útil, descartando hipótesis o llegando a alguna conclusión. No nos permite quedarnos inmóviles.

Un ejemplo de pensamiento analítico que muchos de nuestros lectores recordarán es del que hacían gala el Doctor House y su equipo en la serie homónima. Cada vez que Cameron, Chaise y compañía realizaban un diagnóstico diferencial no estaban haciendo otra cosa que hacer uso del pensamiento análitico.

En Medicina, el diagnóstico diferencial es el procedimiento por el cual se identifica una determinada enfermedad mediante la exclusión de otras posibles causas que presenten un cuadro clínico semejante al que el paciente padece.

Características del pensamiento analítico

  • Es cuestionador, la pregunta debe estar siempre presente en el análisis.
  • Se fundamenta en evidencias y no en emociones.
  • Es detallista y metódico.
  • Implica la aplicación de las reglas de la lógica y la búsqueda de la verdad.
  • Descompone las partes de un problema para entender su estructura y las relaciones entre las partes, ayudando a discernir qué es importante y qué no.
  • El pensamiento analítico es secuencial por naturaleza puesto que se dedica a estudiar linealmente sin saltos ni alteraciones cada uno de los elementos que componen el problema. Es por ello, que permite organizar los pensamientos con precisión y claridad.
  • Consta de distintas fases que deben seguirse para poder llegar a la solución más adecuada.
  • El pensamiento analítico es funcional para la resolución de problemas, pues permite la visión desde distintos ángulos y perspectivas, la reflexión y el aprendizaje de nuevas estrategias.

Fases del pensamiento analítico

Como hemos comentado, el pensamiento analítico es secuencial y consta de una serie de fases que detallamos a continuación:

  • Definir el propósito. ¿Cuál es nuestro objetivo y qué nos mueve a él?
  • Exponer la pregunta. En esta fase debemos tratar de formular nuestro problema de forma clara y precisa. No debemos caer en el error de no reconocer donde esta nuestro verdadero fallo, sino que debemos ser lo más sinceros y exactos que seamos capaces.
  • Recopilar información. Es aquí donde recapitularemos toda la información de la que dispongamos: hechos, datos, evidencias, etc.
  • Prestar atención a las inferencias. Debemos ser conscientes de que generalmente tendemos a buscar información/datos/opiniones que vayan alineadas con nuestras propias creencias y valores y tendemos a ignorar aquello que las contradice. Según el método de pensamiento analítico debemos tratar de alejarnos lo máximo posible del autoengaño y seguir la lógica.
  • Verificar las suposiciones. Muy ligado al anterior punto. ¿Son realmente ciertas nuestras suposiciones e ideas preconcebidas? ¿Se basan en la lógica?
  • Clarificar los conceptos. Todas las ideas, conceptos o hipótesis deben ser correctas y debemos revisarlas y validarlas una a una.
  • Comprender el punto de vista. Llegados a este punto debemos revisar nuestro punto de vista y nuestra perspectiva y valorar otros posibles enfoques siendo además capaces de dar marcha atrás y modificar el nuestro si lo consideramos oportuno.
  • Pensar en las implicaciones. Esto no es otra cosa que adelantarnos a las posibles consecuencias que nuestra reflexión/solución vaya a ocasionar.

En el transcurso de todas estas fases, el pensador analítico debe además ceñirse a los estándares intelectuales universales que según el  Dr. Richard Paul y la Dra. Linda Elder, de la Fundación para el Pensamiento Crítico (http://www.criticalthinking.org), deben aplicarse a los distintos elementos que componen un pensamiento si se quiere evaluar la calidad de su razonamiento. Son los siguientes:

  • Claridad: ¿Puedo explicarlo y que me comprendan?
  • Exactitud: ¿Está verificado?
  • Precisión: ¿Conozco sufucientes detalles?
  • Pertenencia o Relevancia: ¿Afecta a nuestro problema/solución?
  • Profundidad: ¿Pueder surgir complicaciones?
  • Amplitud: ¿Hay otras perspectivas o puntos de vista?
  • Lógica: ¿Tiene sentido?
  • Significado/Importancia: ¿Hay otros problemas más importantes?
  • Imparcialidad: ¿Me mueve algún interés personal?

Puedes profundizar más en los estandares intelectuales universales y los elementos que componen el pensamiento en este artículo en el que reflexionábamos sobre si se puede aprender a pensar.

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