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Para abordar de manera exitosa la innovación existe un elemento básico sin cuya presencia no es posible innovar de manera sistemática y sostenible: la diversidad. Se trata de contar con personas diversas, que puedan aportar puntos de vista, experiencias y conocimientos distintos.

Cada vez resulta más evidente que la innovación nace de la intersección de disciplinas ya que, de equipos formados por personas con perfiles muy diferentes entre sí, surge la magia.

La diversidad ofrece la posibilidad de poder disponer de diferentes conocimientos, habilidades, estilos cognitivos y otros recursos que combinados adecuadamente generan soluciones innovadoras. La razón de esta relación directa entre diversidad e innovación es que favorece que los equipos dispongan de diferentes perspectivas para solucionar un problema, considerando a la vez múltiples alternativas, y logrando a través de la experimentación y la integración de varias de ellas, resultados con mayores niveles de novedad.

Existen algunos aspectos de los que depende, en gran medida, que la diversidad fomente la innovación. Ya que, sin ellos, es posible que únicamente se incremente la complejidad de la organización, pero no el valor añadido. Algunos de ellos son:

  • Fomentar el aprendizaje colaborativo. La capacidad de los miembros del equipo de aprender juntos y unos de otros. Para ello se debe lograr que los miembros del equipo hagan preguntas, intercambien opiniones, experimenten, reflexionen sobre los resultados y analicen los errores.
  • Generar un clima de seguridad y confianza. La certeza de que expresar opiniones contrarias a las de la mayoría, no generará rechazo o consecuencias negativas. Ya que, de no ser así, disminuirán las posibilidades de los miembros del equipo contribuyan con información que contradiga al resto, algo esencial para lograr mayores niveles de aprendizaje y de novedad.
  • Evitar la visión compartida, es decir, un modo compartido de ver y entender las cosas. Es un elemento que puede causar niveles bajos de creatividad e innovación en los equipos. Así, pese a que la visión compartida puede reducir los plazos de tiempo y acelerar la implementación de las nuevas soluciones, es también muy posible que los equipos que muestren este comportamiento puedan ignorar información que contradiga la visión que el equipo ya ha desarrollado, así como adoptar actitudes que terminen por silenciar a las voces divergentes. Los equipos que lleguen a una visión compartida de manera rápida, es posible que puedan tener dificultades para generar innovaciones radicales, ya que tales innovaciones requieren ir más allá de lo obvio, de las suposiciones de partida y cuestionar aquellos elementos aceptados como verdades absolutas.

Este planteamiento es absolutamente opuesto al que muchas veces se desarrolla a la hora de generar cultura empresarial, donde la visión compartida es en muchas ocasiones el elemento clave. Posiblemente, ha llegado el momento de trabajar de una forma diferente la generación de cultura empresarial posibilitando la suma de los profesionales que integran la empresa, pero sin eliminar sus diferencias e incorporándolas desde el proceso de selección. Todo un reto para las organizaciones.

Mientras tanto, la utilización de algunas metodologías y de facilitadores (muchas veces externos a la organización) puede contribuir a evitar dicha visión compartida.

Además, hay otras aspectos determinantes que influyen en la configuración de equipos más innovadores y diversos:

  • Incluir líderes de equipo con empatía. Resulta clave que los responsables de liderar los equipos de innovación sean personas con habilidades sociales, capaces de escuchar, entender y comunicar de manera empática. De ellos depende en gran medida, garantizar que se dan las circunstancias para maximizar las ventajas de la diversidad.
  • Incrementar la diversidad funcional. Los equipos más diversos generan soluciones más innovadoras, ya que disponen de un mayor “stock” de conocimiento y capital intelectual.

Teniendo en cuenta que, en aquellos equipos en que una disciplina o un departamento concreto tengan un mayor peso, es posible que el resto de personas sientan ciertos reparos a la hora de contradecir la opinión mayoritaria. Algo similar puede suceder en equipos compuestos por personas con distintas jerarquías dentro de la organización. En estas situaciones la persona con más poder puede tener la tentación de llevar la voz cantante, lo que puede desembocar en que los miembros con perspectivas opuestas prefieran no decir nada, antes que correr algún riesgo.

  • Recursos y compromiso de la alta dirección. Los esfuerzos de innovación difícilmente llegarán a generar resultados sin la asignación de recursos, ni el compromiso claro e inequívoco de la alta dirección.

Las organizaciones que sean capaces de crear entornos en los cuales los miembros de los equipos, además de ser diversos, estén dispuestos a aprender colaborativamente y se sientan seguros para mostrar sus opiniones, pueden obtener importantes ventajas competitivas para desarrollar soluciones innovadoras.

El aumento de la diversidad en las plantillas es uno de los retos más importantes que afrontan actualmente las empresas para culminar un cambio en la cultura de las empresas que responda a las nuevas tendencias que exige la sociedad. Pero, además es un reto que cobra importancia con el nuevo entorno en el que el Flexiworking cobra importancia y se convierte en una herramienta de captación de talento esté donde esté.

La diversidad es un tema de estudio emergente en los últimos años, debido a que las organizaciones poco a poco están tomando conciencia de que en un mercado como el actual es necesario apostar por fomentar equipos humanos donde la diversidad sea la protagonista.

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