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Vicente Berbegall-en-osakaUna beca Erasmus le hizo “perder el miedo a lo desconocido” y, desde entonces, Vicente Berbegall ha estado en Francia, Inglaterra, EE.UU., España y Japón. Actualmente trabaja en Japón para Decathlon donde la compañía acaba de aterrizar con una tienda online y donde pretende abrir próximamente tiendas físicas.

¿Cuál fue tu primera experiencia internacional? ¿Qué te aportó?

Mi primera experiencia internacional fue con una beca Erasmus en Francia. Después de acabar ingeniería técnica industrial en la UPV, me inscribí en un máster de doble titulación en colaboración con una universidad francesa lo que me dio la oportunidad hacer una estancia de 6 meses para hacer el proyecto en esta universidad. Me supo a poco y antes de acabar la estancia ya había decidido empezar con los estudios de doctorado en otra universidad de la capital francesa.

Estar unos años fuera ayuda a perder (un poco) el miedo a lo desconocido y a salir de la zona de confort. Después ya no me preocupaba tener que empezar de nuevo en otro sitio que no fuera España si el proyecto me motivaba lo suficiente. Así que además de Francia he tenido la oportunidad de vivir en EE.UU., Inglaterra y ahora en Japón.

Podrías contarnos un poco cuál ha sido tu trayectoria profesional hasta llegar a Japón.

Venir a Japón se podría considerar como una de las carambolas más extrañas de mi vida. Después de Francia y EE.UU. volví a Valencia para trabajar pero, al cabo de unos años y con los problemas derivados de la larga crisis, mi motivación por continuar mi carrera profesional en España entro en barrena. Intente motivarme y me inscribí en un MBA a tiempo parcial mientras trabajaba pero aun así cuando acabé no veía grandes perspectivas en el país. Entonces empecé a planificar un cambio de rumbo hacia el extranjero. En aquel momento me veía volviendo a EE.UU. o en Inglaterra.

No había enviado ni una sola solicitud de trabajo todavía cuando leyendo una revista económica me topé con un programa Europeo (Executive Training Programme) cuyo objetivo era enviar ejecutivos europeos al país nipón para formarlos y promover negocios entre las dos partes. Fue como una revelación. El resto te lo puedes imaginar.

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¿Cómo surge la oportunidad de trabajar en Japón?

Dentro del programa ETP se incluía un módulo de prácticas en empresa. Fue la empresa que me acogió en estas prácticas, Tokyu Sports Oasis, la que posteriormente me dio la oportunidad de quedarme a trabajar con ellos.

¿Qué pusiste en la balanza en el lado de los pros y en el de los contras a la hora de marcharte a Japón?

La primera vez que vine a Japón con el marco del programa ETP la decisión fue bastante fácil. El programa tenía una duración de un año, mi empresa me ofreció un año sabático que se adaptaba perfectamente, y además venía con un grupo de otros 30 europeos. La parte personal puede que fuera la más complicada pero siendo soltero y con la familia gozando de buena salud, la verdad es que le vi pocos puntos negativos.

¿A qué te dedicas profesionalmente allí?

Esta es otra de las curiosidades de la vida. En España trabajé unos años para Decathlon, una empresa que me encanta por su gente, sus valores y dinamismo. Imagínate mi sorpresa cuando un antiguo jefe en Decathlon que sabía de mis andanzas en Japón me escribió para preguntarme si estaría interesado en volver a la empresa, eso sí, esta vez en Japón.

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Con el equipo japonés de Decathlon

Japón es uno de los pocos grandes países en el que Decathlon no está todavía formalmente implantado. Así que mi trabajo consiste en hacer llegar a Japón el deporte a precios razonables. Por el momento hemos empezado con una tienda online que lanzamos hace unas semanas y esperamos poder contar con una primera tienda física en un futuro cercano.

¿También colaboras con Closca Design?

Me encanta el deporte y los productos rompedores, así que cuando vi el precioso casco para bicicleta que Closca Design (idea de Carlos Ferrando y un pequeño equipo de innovadores valencianos) quería construir en Kickstarter no dude en ponerme en contacto con él para darle ánimos. Resulto que teníamos bastantes amistades en común y además congeniamos muy bien así que les eché una mano para comercializar su casco en Japón.

Desafortunadamente con la vuelta a Decathlon me quedaba poco tiempo disponible para Closca. De todos modos me encanta su proyecto y les sigo desde la distancia. Me encantaría poder hacer algo parecido dentro de unos años.

¿Cuesta adaptarse a la vida en Japón? ¿Qué es lo más te ha sorprendido a nivel cultural?

Depende mucho del tipo de persona, pero lo que sí es cierto es que el shock cultural es bastante más fuerte que con otros países europeos o EE.UU. Algunos de mis compañeros de programa acabaron bastante hartos y otros (como yo) se enamoraron del país.

En los primeros meses (o años) las anécdotas son incontables y todo sorprende. Pero hay cosas, que aunque lleves más tiempo, te siguen fascinando como sus jerarquías, la mentalidad de grupo o la sutilidad en la comunicación.

¿Y a nivel profesional? ¿Qué particularidades tienen?

La vida profesional es un pilar de la sociedad japonesa y existen muchísimos tópicos acerca de las empresas japonesas. Por mi experiencia algunos me parecen ciertos y otros no tanto.

Como contraste con España, en general diría que la sociedad japonesa mira mucho más a medio y largo plazo, y eso se traduce también a nivel profesional. Entre los empleados con educación superior, muchos entran a formar parte de las empresas justo después graduarse y en una modalidad que prácticamente les garantiza el empleo de por vida. Allí, muchas veces se les asigna a un departamento durante un periodo y posteriormente, de manera cíclica, se les va rotando entre las diferentes áreas o departamentos. Así, es bastante común que un universitario japonés sin una gran especialización técnica acabe trabajando de algo totalmente diferente a lo que ha estudiado.

Entre los tópicos que se cumplen me vienen a la mente las larguísimas jornadas de trabajo (existe un término para la muerte por exceso de trabajo: “karoshi”), las reuniones post-trabajo para beber con los compañeros donde el ambiente es más distendido y se puede hablar más directamente (“nomunication”) o lo difícil que lo tienen las mujeres para llegar a puestos directivos (sociedad bastante machista en general).

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¿Qué es lo más complicado a la hora de encontrar empleo en Japón? ¿Qué recomendarías a aquellos que quieran probar fortuna allí?

He conocido gente que ha encontrado trabajo fácilmente pero la verdad es que son la excepción.

En general, el muro más grande es el idioma. Dicen las estadísticas de los test internacionales que Japón es uno de los países con un peor nivel de inglés. Por otra parte, aprender japonés es una tarea ardua donde las haya. Grosso modo, podría comparar mi nivel de francés después de 6 meses viviendo en París a mi nivel de japonés con los 3 años que llevo viviendo aquí.

Además Japón es un país bastante burocrático, así que las empresas tienen que estar muy seguras de lo que va aportar contratar a un extranjero antes de embarcarse en el proceso.

A los apasionados de Japón que realmente quieran trabajar aquí les recomendaría empezar muy pronto buscando becas y programas universitarios que les metan en el ciclo estándar de contratación de las empresas japonesas. A la gente con más experiencia profesional les sugeriría una preparación meticulosa y aplicar desde casa a varias compañías antes de venir. Los procesos de contratación son generalmente largos y hoy en día las entrevistas son muy fáciles de hacer vía Skype.

¿En qué sectores o regiones hay más oportunidades?

La región de Kanto donde está ubicada Tokio y Yokohama son las más pobladas e internacionales (más de 30 millones de habitantes). Además, la mayoría de las grandes empresas tienen sus sedes allí por lo que seguramente es el primer lugar donde mirar.

Respecto a sectores con oportunidades, en general el sector IT es el que más extranjeros acoge. En los últimos años, después de la catástrofe de Fukushima, también ha habido un boom de las energías alternativas, especialmente de la solar.

¿Estamos bien valorados los españoles (o europeos, en general) allí? ¿Qué opinión tienen de nosotros como profesionales y también a nivel cultural?

La verdad es que los europeos estamos bastante bien valorados. Los tópicos sobre los españoles son numerosos: que nos gusta la buena comida (existen multitud de restaurantes “españoles” en todas las grandes ciudades), la fiesta (imagen de calor veraniego, vacaciones, playa y salir hasta las tantas), que hacemos la siesta todos los días (cosa que me ha tocado desmentir innumerables veces), etc.

A nivel cultural creo que todo japonés medio conoce la Sagrada Familia y la paella. Respecto a Valencia, es un poco más difícil pero mucha gente conecta automáticamente con nuestras naranjas o con la Tomatina.

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¿Qué te gustaría que te hubiesen contado antes de aterrizar en Japón? Tema visados, encontrar piso, abrir cuenta banco, etc.

Para mí todo fue bastante fácil porque contaba con el apoyo del programa europeo y ellos tramitaron el visado y demás.

De todas maneras he tenido algunas sorpresas y situaciones cómicas. A los pocos días de llegar fui al banco (con un amigo que hablaba un poco de japonés) para abrir una cuenta. Allí me explicaron muy educadamente que para abrir la cuenta era necesario un número de teléfono. Con esas fui a una de las grandes empresas telefónicas para contratar un terminal y un número de teléfono pero casi al final del trámite me dijeron que el único modo de pago era por domiciliación en una cuenta de un banco japonés. Volví al banco, y tras explicar el caso, 10 minutos de silencio cara a cara con la chica de la ventanilla y con otros clientes haciendo cola, me recibió el director y me hizo prometer que si me abría la cuenta tendría que volver al día siguiente a darle mi número de teléfono.

¿No saber japonés es una traba a la hora de establecerse allí?
Como decía anteriormente, no saber japonés es una traba bastante grande. No solamente a nivel profesional sino también a nivel personal. Si se viene como expatriado, las grandes empresas suelen contratar paquetes de servicios internacionales para ayudar a sus empleados a buscar alojamiento, a contratar servicios básicos (electricidad, agua, teléfono…), para la atención medica, etc. Hacerlo por uno mismo sin saber japonés es mucho más costoso en tiempo y normalmente los servicios ofertados solamente en inglés son bastante más caros.

¿Dónde te ves a medio plazo? ¿Te gustaría regresar a España y desarrollar tu carrera aquí?

La familia es el problema más grande de vivir tan lejos de España. Los echo mucho de menos y me gustaría estar más cerca de ellos pero la realidad, aunque me duela, es que a día de hoy volver a España me motiva muy poco profesionalmente.

Por el momento espero poder aportar mi granito de arena a establecer Decathlon en Japón y eso quiere decir al menos 2 o 3 años más. No tengo planes fijos a más largo plazo pero tampoco le doy mucha importancia. Lo realmente importante es estar donde se quiere estar.

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