Cualquier profesional debe adquirir competencias y habilidades ajustadas no solo a la revolución tecnológica, sino a la metamorfosis de un mercado laboral que deja escaso margen para los conformistas.
Algunas estadísticas indican que los conocimientos que se obtienen al realizar algún tipo de formación quedan total o parcialmente obsoletos al pasar tan solo dos años. Aún cuando esto no necesariamente sea en todos los casos así, es cierto que el concepto de lifelong learning es imparable.
Tanto es así, que debemos desarrollar nuestro talento para: