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[Img #2417]¿Cómo definiría la Obsolescencia Programada?

La obsolescencia programada es la programación de la vida útil de los productos de forma predeterminada por los fabricantes con el objetivo de que los consumidores tengan que volver a comprar un producto repetidas veces.

Existen pruebas de que las marcas delimitan la vida útil de sus productos de forma intencionada?

La prueba para mí más clara es que antes las cosas duraban mucho más. Nuestros abuelos nos dicen siempre que las neveras, las lavadoras… duraban 20, 30 o 40 años y ahora si tenemos suerte nos duran 5 o 10 años.

Pero también hay pruebas legales. Por ejemplo, un grupo de consumidores en EE.UU. denunciaron a Apple porque la batería de los Ipad duraba solo un año. Y cuando el juez recabó información sobre el proceso de fabricación descubrió que en las propias pruebas de fiabilidad de las baterías se hablaba directamente de su obsolescencia. Apple llegó a un acuerdo con los demandantes y les pagó una indemnización para no llegar a juicio.

En el caso de las bombillas, cuando Edison las inventó estas ya duraban 2.500 horas y las bombillas de ahora duran entre 1.000 y 2.000 horas. En EE.UU., en un parque de bomberos de California, hay una bombilla que lleva encendida 111 años. Y si hace 111 años se pudo fabricar una bombilla así, con los avances de la tecnología ahora también debería poder hacerse.

Es evidente que se podrían fabricar las cosas para que duraran mucho más, el problema es el modelo económico que nos han implantado.

¿Cómo influyeron la Revolución Industrial y la Gran Depresión del 29 en la “cultura del usar y tirar”? ¿Qué hay en el origen de este modelo de consumo?

Al principio de la Revolución Industrial un empresario montaba su empresa con sus propios recursos económicos o los de su familia y amigos. Su objetivo principal era fabricar algo para venderlo en su entorno más cercano, su barrio y su ciudad. Y lo fabricaba con la máxima durabilidad que podía y se sentía orgulloso por ello.

Avanzada la Revolución Industrial entraron en juego los bancos. Estos le dijeron a los empresarios que no sólo podían vender en su barrio o en su ciudad sino que podían hacerlo en otras ciudades o incluso en otros países y que ellos les podían prestar el dinero para hacerlo. En aquel tiempo los intereses eran de un 15-20%. Y el empresario aceptó y para poder devolver el préstamo y los intereses se vio obligado a subir los precios de los productos (y bajar los salarios de los trabajadores). La consecuencia fue que menos consumidores podían acceder a los productos por su elevado precio y entonces los bancos se inventaron los créditos al consumo con lo que tenían cubierto todo el proceso.

Más tarde y, como los bancos nunca tienen bastante, aconsejaron a los empresarios acortar la vida de los productos para vender más. Era la época de la Gran Depresión que siguió al crack del 29 en EE.UU. y los empresarios en crisis aceptaron de nuevo. Y se inventó el concepto de la obsolescencia programada.

Así que la base de nuestro modelo de consumo y, económico también, está basado en la obsolescencia programada y los créditos al consumo. Más del 60-70% de los créditos que dan los bancos son créditos al consumo que también son los que tienen unos intereses más altos. Para los bancos el dinero es un producto más a la venta y esto no debería ser así.

¿Qué repercusiones económicas, medioambientales y sociales tiene?

Cuando fabricamos algo para que dure poco lo que estamos haciendo es coger las materias primas de algún lugar del tercer mundo a precios bajos para fabricarlos con poca calidad en algún país en el que probablemente no se respetan los derechos humanos ni los de los trabajadores y generando basura a corto plazo que devolvemos a estos países del tercer mundo.

La cultura del comprar, tirar, comprar nos ha llevado a la situación en la que estamos ahora. Si una persona tiene que comprar neveras, lavadoras, planchas, etc. cuatro o cinco o seis veces a lo largo de su vida en lugar de una o dos veces, como podría suceder si se fabricase sin obsolescencia programada, su economía se ve afectada en gran medida.

Y el medio ambiente también se ve afectado. Deberíamos cambiar el actual modelo de fabricación-consumo.

Con su bombilla “para toda la vida” desafía el modelo, ¿cree que existe una alternativa? ¿Qué modelo de producción/consumo considera que sería mejor?

Considero que es necesario crear un modelo económico basado en la sostenibilidad y no basado en el crédito y en la obsolescencia programada.

Con el nuevo modelo las fábricas volverían a Europa y esto generaría empleo, además se crearía un nuevo nicho de mercado con las reparaciones. Ahora mismo cuesta más reparar algo que comprarlo nuevo.

En este nuevo modelo también dispondríamos de más tiempo para recuperar pequeñas cosas de la vida, como las conversaciones, y también cuidaríamos nuestro medioambiente.

 Qué puede contarnos sobre su bombilla “para toda la vida”…

Nuestra intención nunca ha sido fabricar bombillas sino crear el movimiento SOP (Sin Obsolescencia Programada) y concienciar a la gente de la necesidad de un cambio de modelo. Lo que sucede es que la bombilla es el icono de la obsolescencia programada y pensamos que para demostrar su existencia era buena idea fabricar una bombilla que durase todo lo que la técnica nos permitiese.

Actualmente yo solo me dedico al movimiento SOP. La tecnología la he donado a una empresa que pueda hacer la distribución y comercialización. Hemos tenido muchos problemas para distribuir nuestra bombilla porque los distribuidores tradicionales prefieren vender bombillas que duren poco ya que forman parte del modelo.

¿Cómo podría un particular comprar una de sus bombillas?

Esta empresa, que es Sistemas MHD, tiene otro producto que permite ahorrar en la factura del agua y del gas, y va a implantar “corners de venta” en grandes superficies y también van a llevarlas casa por casa creando una red comercial. Están ahora definiendo la implantación, espero que en un mes se ponga todo en marcha.

Ha recibido “presiones” para no sacar al mercado su bombilla…

En junio del año pasado nos presentamos a un concurso de la Generalitat para iluminar el Palau de la Justícia de Cataluña con nuestra bombilla. A medida que el concurso avanzaba, recibí primero una oferta económica para no sacar la bombilla al mercado, luego eso se tradujo en amenazas cuando ganamos el concurso… y luego esas amenazas se transformaron en un intento de descrédito en las redes sociales. Están tratando de dañar mi credibilidad y la del producto en redes sociales. Ésta todo en manos de abogados.

¿Cómo ha reaccionado el mercado frente a su producto?

Se han hecho unos 3.000 pedidos de particulares y empresas. La acogida ha sido buena. Hay varios pueblos que quieren instalar farolas con nuestra tecnología. Cuando nos dirigimos al consumidor final la respuesta es muy buena, el problema lo tenemos con las distribuidoras.

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 ¿Qué es el movimiento SOP?

Los movimientos ciudadanos son imprescindibles para cambiar las cosas. Pretendemos concienciar a la ciudadanía de que este modelo económico basado en la obsolescencia programada y el crédito no es sostenible. Creemos que hay que cambiarlo para que no vuelvan a haber grandes crisis como la de ahora en la que los bancos se están quedando con la primera vivienda de muchas familias que han cometido el único y grave delito de quedarse sin trabajo por una crisis provocada por los mismos bancos.

Estamos hablando con varios bancos (y hay uno interesado) para proponerles que paren en seco los embargos que están realizando dando una moratoria de 3 años a los propietarios. Y si en tres años la persona no ha encontrado un trabajo con el que seguir pagando su hipoteca que el banco se quede la propiedad pero ofreciendo al antiguo propietario quedarse en ella pagando un alquiler y con una opción de recompra de forma que cuando normalice su situación pueda recomprar su vivienda con la misma hipoteca que tenía al inicio.

Lo que queremos es que al menos un banco se sume a esta iniciativa, para forzar que toda la ciudadanía apueste por esta entidad bancaria y así conseguir que más bancos se sumen a esta iniciativa.

¿Se muestra receptiva la sociedad ante estas ideas de cambio?

Creo que la sociedad no es consciente de que se fabrican las cosas para que duren poco. La gente se sorprende cuando lo decimos y lo demostramos pero, cuando lo ve, se muestra receptiva y les gusta la idea del movimiento SOP. A través de Internet tenemos unas 12.000 personas interesadas. La gente es consciente de que tenemos que cambiar de modelo. Pero creo que todavía cuesta ver a largo plazo los beneficios que esto puede tener en el medioambiente, por ejemplo.

¿No somos demasiado esclavos de las modas?

Cada hora en el mundo se producen tres o cuatro cosas que son iguales a las que ya existen. Muchas veces no sabemos ni lo que tenemos en el armario y volvemos a comprar lo último. Esto viene dado por la publicidad que a veces es engañosa y nos lleva a aceptar el modelo económico.

Aquellos que se lo puedan permitir y quieran estar a la moda y comprar lo último que lo hagan, pero al menos a los consumidores deberíamos poder elegir, que no nos obliguen a comprar porque se estropean los aparatos antes de tiempo.

¿Qué retos de futuro se plantea?

Queremos hacer grande este movimiento, no solo a nivel español sino también europeo. Queremos hacer delegaciones territoriales para, entre todos, forzar a los políticos a cambiar el actual modelo económico.

¿Qué mensaje le gustaría trasladar a nuestro colectivo?

Me gustaría animarles a que de alguna forma se unan al movimiento. Nuestra idea es hacer charlas y reuniones en colegios, universidades… Queremos difundir el movimiento porque creemos que se pueden cambiar las cosas.

Buena parte de los problemas económicos que tenemos actualmente son por el sistema económico que tenemos, por un capitalismo brutal, que se ha radicalizado desde la caída del muro de Berlín. Cuando existía el comunismo, los países capitalistas fomentaron el Estado del Bienestar porque era la forma de tener a la gente contenta y que el comunismo no avanzara. Pero ahora que el comunismo ya no es una amenaza, el Estado del Bienestar ya no es necesario y entonces lo quieren eliminar, con todos los recortes que están haciendo en sanidad, en educación. No existe ningún motivo para que sea eliminado.

SI QUIERES AMPLIAR INFORMACIÓN TE RECOMENDAMOS VER EL DOCUMENTAL “COMPRAR, TIRAR, COMPRAR” COPRODUCIDO POR RTVE  (PINCHA AQUÍ)