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[Img #3546]INTERNAMENTE (hacia tí):

Espero que no respondas a ninguno de los tipos mencionados, mas si así fuera bastará con que te reconozcas en el que te sea de aplicación, te des cuenta de ello, decidas no ser así y no incurrir más en tales defectos. Aquí es de aplicación lo que la inteligen cia emocional trata como autoconocimiento y atención plena (“el liderazgo personal empieza por la conciencia de uno mismo” dice con acierto Robin Sharma en su magnífico libro “Éxito, una guía extraordinaria”).

El hecho de que hayas llegado a leer hasta aquí ya significa que has podido pensar si estás peligrosamente cerca de alguno de los perfiles señalados, ¡buen comienzo!. Ante una persona tóxica, el primer consejo es no dejarse llevar de la situación, no dejarse influenciar por la misma. Esto significa profundizar en lo propio, en el propio carácter, co nstruirse una “coraza” que nos proteja emocionalmente de la toxicidad de los otros; es decir, practicar lo que se llama Resiliencia.

En definitiva, tu eres “el C.E.O. de tu vida”. Por tanto, asume tu responsabilidad en ella y no te dejes llevar por lo que veas en otras personas y no te guste. Potencia tu automotivación, asume tu responsabilidad, que tu bienestar está en tus manos.

Puedes también reflexionar de otra manera: pensar si lo que te parecetóxico en otra persona realmente lo es o tal vez escosa tuya. Entramosen el terreno de la percepción, libre perosubjetiv
a; como si vas a la Cuidad Encantada de Cuenca y te asustas porque ves un dragón terriblemente peligroso: que lo veas no quiere decir que esté allí para ponerte en peligro. De la misma forma puede ocurrir que lo que te parece defectuoso en otra persona tal vez no sea tan grave… Esto debería ser suficiente.

EXTERNAMENTE (hacia el exterior, hacia la persona):

“Tu vida irá hacia delantecuando te apartes de las personas que te llevan hacia atrás” , Anónimo.

No hay una fórmula universal para tratar a la gente tóxica (ya me gustaría que la hubiera, tanto para mi como para compartirla contigo).

Por supuesto, la gente tóxica nunca admite culpa ninguna de lo que le está pasando (la culpa la tienen siempre otros o, simplemente, no se dan cuenta de su toxicidad), y eso añade una dificultad adicional al trato con este tipo de personas. Sin embargo, sí hay unas buenasprácticas que funcionan. Aquí van.

  • Una es practicar la escucha empática, es decir, profundizar en lo que nos dicen los demás con el propósito de descubrir lo que realmente nos quieren decir y cómo se sienten cuándo nos lo dicen; actitud de comprensión, en suma, y no discutir, lo que no cond uce a nada positivo.
  • Otra es la expresión asertiva. Si la persona tóxica no es avisada de su toxicidad continuará así hasta el infinito. De unaforma diplomática -asertiva- se le debe recordar su toxicidad. Dominando la asertividad podemos ser capaces de decir a otros lo que debemos decirle (que tienen un comportamiento tóxico, por ejemplo), y hacerlo de forma que la otra persona no se sienta ofendida. Lo contrario sería empeorar la situación.Sí, lo sé, practicar la asertividad es difícil, pero con la práctica puede conseguirse.
  • Funciona también hacer preguntas a la gente tóxica para hacerle reflexionar. Esto ya está inventado, es lo que hacen los coaches habitualmente. Preguntas tipo “¿en qué te basas para pensar así?”, “¿qué pasará, realmente, si eso que temes sucede?”, “¿has pensado si hay otra forma mejor de abordar la situación?”, “¿cómo defenderías eso, sin hacer el ridículo, ante …(persona importante)?”, “¿te parece correcta esa forma de comportarte, de pensar?”, “¿te has fijado en las consecuencias de actuar así?” suelen ser efectivaspara hacer pensar, y tal vez reconsiderar, a la persona tóxica.

Una persona tóxica intentará contrarrestar cualquier sonrisa, cualquier sentimiento positivo que tú hagas, ya que intentará llevarte a su terreno. Si esto es así, evítalo y sé un poco egoísta contigo mismo; que busque a otro a quien arruinar mentalmente.

Finalmente, queda otra práctica que parece banal y fuera de lugar pero que, si piensas, verás que no es tal: tomárselo con humor.