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sign-number-2En este sentido, cuando preparamos una entrevista deberemos pensar también en nuestra imagen, nuestra indumentaria, nuestra higiene, gestos, posturas, etc. que marcarán en gran medida la primera impresión que se forme nuestro entrevistador y, como decía un importante spot publicitario, la primera impresión es la que queda (y después es difícil cambiarla). Esto queda patente en diferentes estudios de psicología social, algunos concluyen que basta con 2 segundos para empezar a formarse una primera impresión consistente. Nalini Ambady y Robert Rosenthal (1993), pidieron a varios grupos de estudiantes que evaluaran a diferentes profesores en 15 facetas relacionadas con su desempeño a través del visionado de videos sin sonido en el que aparecían impartiendo clases. Concluyeron que los rasgos resaltables de los profesores se definían, a priori, en los 2 primeros segundos de su intervención. Además estos rasgos resaltables coincidían con las evaluaciones de los estudiantes que habían acudido a las clases del profesor durante un semestre completo.

Aplicándonos a la selección de personal, Frank Bernieri (de la Universidad de Toledo, Ohio-EEUU) estudió el efecto de la primera impresión en las entrevistas de trabajo. Formó a entrevistadores que realizaron entrevistas a un centenar de individuos, rellenando un cuestionario de evaluación de cada candidato al finalizar las entrevistas de 20 minutos. Posteriormente se pidió a nuevos participantes que evaluaran a los candidatos en función de los mismos criterios, pero viendo solo fragmentos de 15 segundos de las entrevistas realizadas inicialmente, en los que se mostraba a los candidatos llamando a la puerta y estrechando la mano del entrevistador. Sorprendentemente los nuevos evaluadores fueron capaces de prever el resultado de la entrevista en 9 de los once rasgos de personalidad en que eran evaluados los candidatos.

Queda patente la importancia de esa primera impresión, que generamos e influye de manera más inconsciente que consciente sobre el entrevistador, pero ¿qué podemos hacer para controlarlo y que juegue a nuestro favor?

  • Cuidar la imagen. Esta primera impresión tiene mucho, mucho que ver con nuestra imagen, es lo primero que los demás perciben de nosotros y lo que incide en esos segundos iniciales de interacción. Por tanto, cuidemos nuestro aspecto físico, nuestro peinado, nuestra indumentaria, nuestros zapatos, etc. y tratemos de acudir a la entrevista con nuestra mejor cara y ajustando nuestra forma de vestir a la empresa y al puesto que desempeñaríamos en ella.
  • El apretón de manos, en caso de producirse, también está bajo nuestro control. Podemos cuidar este aspecto practicando. El apretón ideal no es el más fuerte (la fuerza en el apretón es algo cultural), basta con que sea firme, que provoque un ajuste entre los pulgares de los que se saludan (no se trata de coger la punta de los dedos, sino de estrechar la mano del que saludamos). Nuestra mano causará mejor sensación si es firme, cálida y seca. Imaginemos la sensación de estrechar una mano floja o temblorosa, fría y sudorosa, no es nada agradable ¿verdad? En cuanto a la duración 3 segundos son suficientes, un apretón demasiado rápido puede transmitir una sensación de falta de confianza.
  • La mirada. Muchos dicen que es el espejo del alma y, puede reflejar muchas cosas de nosotros. Por tanto, será importante que nos preparemos antes de la entrevista, que pensemos en el trabajo al que estamos optando, en cuanto nos ilusiona, nos atrae, nos supone un reto y una oportunidad, que pensemos en los éxitos que nos permitirá alcanzar y nos visualicemos con esa alegría de haber conseguido el puesto y empezar nuestro primer día en la entrevista. Si somos capaces de ponernos en situación, nuestra mirada también transmitirá todo esto a nuestro interlocutor. En esta línea recomiendo ver el video de Amy Cuddy: El lenguaje corporal moldea nuestra identidad  (en su totalidad) y aprovechar esta reeducación postural, ojo, para prepararnos para la entrevista, no para utilizar estas posturas en la misma. Otro aspecto fundamental de la mirada es el contacto visual con nuestro entrevistador, sobre todo al saludarle.

  • La sonrisa. En la misma línea que la mirada, transmitiremos una mejor primera impresión si somos capaces de saludar a nuestro interlocutor con una sonrisa franca, que transmita esa ilusión por haber llegado a la entrevista y tener verdaderas opciones de conseguir el puesto. No dejemos que los nervios,  la presión de sentirnos evaluados o los problemas por los que podamos estar pasando nos hagan mostrar una cara tensa y de inquietud. Por el contrario, pensemos en todas las posibilidades que se nos abren con la entrevista, lo bueno de haber llegado a la misma y transmitamos a nuestro entrevistador nuestra satisfacción por estar saludándole en ese momento.
  • El nombre. Debemos ser capaces de aprendernos el nombre de quien nos entrevista y utilizarlo en el saludo: “encantado de conocerte, Pedro” por ejemplo, y cuando corresponda para dirigirnos a él.
  • La postura. Mucho mejor si es una postura relajada y confiada, mal si mostramos una postura encorvada, encogida o demasiado rígida. Una vez sentados, una postura erguida, ligeramente inclinada hacia nuestro interlocutor demostrará atención y receptividad.

Con todo lo anterior no quiero decir que sólo haya que preparar la primera impresión, simplemente que es lo primero que tendremos que preparar. Esa primera buena impresión es necesaria para ser seleccionados pero no suficiente, deberemos acompañarla de una preparación completa de la entrevista. Si damos una mala primera impresión será imposible que consigamos el puesto, aunque nos hayamos preparado muy bien el “contenido verbal” de la entrevista.

Si queréis profundizar más en el tema os recomendamos que veáis el vídeo a  continuación en el que se exponen los errores más comunes que comenten en las entrevistas de trabajo respecto a la comunicación no verbal.

Para Todos La 2 - Comunicación no verbal: Errores en entrevistas de trabajo