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Samuel MoscosoSamuel-Moscoso.-UPV hizo una doble diplomatura en ingeniería industrial en la UPV y la École nationale supérieure d’arts et metiers de París. Posteriormente ha desarrollado su carrera profesional en Alemania. En esta entrevista nos cuenta como es la vida de un español en el país germano.

¿Cuál fue tu primera experiencia internacional? ¿Qué te aportó?
He tenido muchas experiencias internacionales desde muy joven. Cuando aún estaba en el colegio, mis padres me enviaron en verano a Francia para que mejorase mi francés porque no lo llevaba muy bien. No quería ir, pero la verdad es que disfruté mucho, y me di cuenta de que aprender con la práctica (en este caso un idioma) puede ser divertido y no cuesta, puesto que es algo natural. Esta experiencia me motivó mucho y mejoré mis notas.

Luego también he estado en algunos campos de trabajo, por ejemplo, estuve en uno restaurando casas antiguas. Este tipo de experiencias son muy enriquecedores porque convives con gente de todo el mundo.

Y ya en la universidad tuve la oportunidad de realizar un doble diploma español-francés en ingeniería industrial. Por tanto, durante la carrera compaginé mis estudios en la UPV con un año y medio que estuve en Burdeos y un semestre en París donde realicé el Proyecto Final de Carrera. Cuando yo lo solicité, solo había tres plazas para realizar este doble diploma y mis amigos me decían que no me fuera, que me iba a perder los mejores años de vida universitaria. Luego se abrieron muchas más plazas y algunos se arrepienten de no haberlas aprovechado.

¿Qué diferencias encontraste entre la Universidad Española y la Francesa?

El sistema francés es muy diferente. Allí hay dos tipos de universidades, como de primera y de segunda clase. A las universidades de “segunda clase” se accede como en España, a través de la selectividad y una nota de corte. A las de “primera clase”, o escuelas de ingenieros, se accede a través de una escuela preparatoria y unas duras pruebas de acceso. Cuando acabas el bachillerato puedes entrar a una de estas escuelas preparatorias en las que estás dos años. Son dos cursos además muy duros, con clases de lunes a sábado y mucha carga de estudios. Al acabar puedes presentarte a las pruebas de acceso que establecen las propias universidades y que son independientes las unas de las otras. Muchas veces el problema es que esas pruebas coinciden en el tiempo pero no en el lugar y los candidatos tienen que apostar por una u otra universidad, a riesgo de quedarse sin plaza.

Una vez dentro de las escuelas de ingenieros la dificultad de los estudios es mucho menor. Estas universidades están más centradas en potenciar los contactos, la parte práctica, la relación con las empresas…

Yo, al hacer el doble diploma, accedí directamente a una de estas escuelas lo que fue una suerte para mí.

¿Cómo surge la oportunidad de trabajar en Alemania?

Cuando estudiaba en la UPV realmente yo lo que quería era hacer un curso Erasmus en Alemania, pero al surgir la oportunidad del doble diploma me decanté por ir a Francia. Así que tenía esa espinita clavada. En Francia existe un programa que permite a los titulados universitarios optar a un trabajo de seis meses a dos años en una empresa francesa en el extranjero. Se llama VIE (Volontariat international en entreprise), está organizado por Ubifrance y cualquier europeo puede hacerlo. Es una muy buena oportunidad porque además los trabajos que se ofertan son interesantes puesto que se considera que los candidatos son profesionales con potencial.. Lo solicité y a través de este programa estuve trabajando durante dos años para Faurecia en Alemania.

¿Cómo ha sido tu trayectoria desde entonces?
Después de estar dos años en Faurecia me ofrecieron hacerme fijo pero renuncié porque quería volver a España. Aunque en ese tiempo estalló la crisis y finalmente decidí quedarme en Alemania. Al poco tiempo me salió trabajo en Hamburgo en una empresa que trabaja para Airbus y, desde entonces, allí sigo aunque mi puesto y mis responsabilidades han ido cambiando. Actualmente estoy trabajando en el avión A350, que está finalizando su fase de desarrollo, en tareas de validación y verificación dentro de los sistemas de aire.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la cultura alemana?
Los alemanes son, en general, secos y fríos en las maneras, sobre todo al principio. Aunque evidentemente también tienen su humor. También son muy prácticos y no se cortan a la hora de decir que no o de demostrar que algo no les gusta. A nosotros pueden resultarnos un poco bruscos y a algunos les cuesta acostumbrarse. También es cierto que aquí hay normas y reglas para todo.

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¿Y de su forma de trabajar?
En Alemania se trabaja mejor por el simple hecho de que se está más tranquilo en la oficina. Hay menos ruido ambiente. La gente cuando llega, por ejemplo, no saluda a todo el mundo ni se queda hablando de sus cosas. Esto no quiere decir que haya mal ambiente laboral, pero es todo más calmado. Es como cuando vas en bus o metro, en España hay mucho más ruido que en Alemania u otros países europeos.

¿Qué percepción tienen los alemanes de los españoles, tanto a nivel cultural como profesional?

Estuve en un proyecto en el que colaborábamos dos españoles y otros alemanes. Uno de ellos en concreto era muy negativo, siempre se estaba quejando, nunca le gustaba nada y eso generaba muy mal ambiente. Mi jefe de entonces comentó que le gustaba trabajar con  españoles porque estamos muy bien formados y llegamos a Alemania con muchas ganas. Además somos muy positivos y no nos quejamos tanto. Los alemanes son más quisquillosos y si no están contentos con las condiciones, no dan el máximo. Sus expectativas son quizá más altas que las nuestras.

¿Crees que ha cambiado esta percepción con la crisis?
Yo no he percibido grandes cambios. Sí que es cierto que ahora hay muchos más españoles, pero esto es bueno, porque así nos conocen mejor. En ciudades como Berlín, a lo mejor si que hay más problema, porque los españoles están llegando de forma masiva y allí no hay trabajo. Un amigo me comentaba que ahora Berlín es casi como California de la cantidad de españoles que había. Actualmente hay una propuesta de ley que que dice que aquellos inmigrantes que lleguen a Alemania y en seis meses no encuentren trabajo tienen que salir del país. Es una medida de protección pero hay que conocer todos los matices. Por ejemplo, yo si me quedo sin trabajo, y no encuentro otro por seis meses, no tendría que salir del país, porque previamente he estado cotizando aquí. La razón de ser de esta propuesta es evitar que inmigrantes que no han cotizado nunca en Alemania se beneficien de las protecciones sociales.

¿Qué consejos darías a aquellos que estén pensando en el país germano como destino para buscar una oportunidad laboral?
Que se tomen el alemán en serio. Quizá no les sea indispensable para trabajar porque aquí hay muchas empresas internacionales pero a la larga se hace muy duro estar en un país si no te puedes manejar en su idioma.  También les diría que si conocen a alguien que ya esté viviendo aquí en Alemania, que lo aprovechen. Que le pregunten o que vayan a visitarle un tiempo. Tengo amigos que han invitado a sus hermanos a que pasen una temporada con ellos para que vean cómo se vive aquí, hagan algún curso de alemán, tanteen empresas… Creo que es una muy buena idea.

¿Qué es lo más difícil y lo más gratificante de vivir y trabajar en un país diferente al tuyo?
Lo más difícil es estar lejos de casa y el clima, que puede deprimir bastante si no eres una persona activa. Aquí el tiempo, aunque tampoco es demasiado frío, sí que es muy gris, llueve con frecuencia y esta nublado. En España cuando sale un día así te quedas en casa, pero aquí si hiciésemos eso no haríamos nunca nada. A veces tienes que obligarte un poco a salir.  Y el idioma también es bastante complicado. Tras siete años aquí puedo decir que lo hablo fluido, pero no viene solo, hay que trabajarlo.

Lo mejor es darte cuenta de que has sabido adaptarte y de que puedes hacer tu vida en otro país como si fueses de allí. También el hecho de lograr que en el trabajo te valoren y confíen en ti.

¿Te gustaría regresar a España? ¿Qué condiciones tendrían que darse para que volvieses?

Ahora mismo no estoy buscando el regresar a España aunque es algo que siempre tienes en la cabeza. De momento, no me lo planteo. Supongo que para querer regresar, se tendrían que dar un cúmulo de circunstancias, de querer volver, de encontrar un empleo que esté bien remunerado o que ofrezca algo interesante desde el punto de vista profesional.