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Iñaki de la Cuadra estudió arquitectura en la UPV y luego viajó a Edimburgo para especializarse en el diseño de campos de golf. Justo al terminar, tuvo la oportunidad de ir a trabajar a Dubái para Harradine Golf, donde estuvo 5 años. Tras su paso por Herradine Golf, una de las grandes empresas del sector, decide crear su propio proyecto empresarial, Ideagolf, en el que ha reunido a un equipo multidisciplinar.

Estudiaste arquitectura en la UPV, ¿lo hiciste ya con la idea de dedicarte al diseño de campos de golf? ¿Sabías que era eso a lo que te querías dedicar?
No, para nada. Estudié arquitectura porque, dentro de las ciencias, eran los estudios que más me atraían. Reunían dos de mis pasiones, la ciencia y la creatividad o el diseño. Además no me considero lo suficientemente artista para hacer bellas artes ni suficientemente inteligente como para estudiar una ingeniería.

Lo de hacer del golf mi modo de vida llegó más tarde. Ocurrió cuando experimenté las limitaciones en el diseño que impone tanta normativa en la arquitectura. Hay que ser muy bueno, estar muy reconocido, dar con el cliente ideal o vivir en un país emergente para poder disfrutar verdaderamente con la arquitectura.

¿Existe alguna formación específica para especializarse en esta área?
El diseño de un campo de golf no requiere de una firma ni de un visado de un colegio profesional. Hasta hace muy pocos años no existían los estudios específicos para esta profesión y eran mayoritariamente arquitectos paisajistas (landscape architect) , carrera reconocida en muchos países, los encargados del diseño. Desde hace algunos años algunas universidades americanas han incorporado asignaturas semestrales dedicadas al golf. En mi caso estudié un postgrado de un año en Escocia, organizado por el Instituto Europeo de Arquitectos de Campos de Golf (EIGCA) en la Universidad de Edimburgo. En aquel momento era el único master dedicado íntegramente al diseño del golf.

Tras tus estudios estuviste trabajando para Harraldine Golf, ¿qué destacarías de aquella experiencia?
Pues allí aprendí todo lo que sé de esto. Uno se da cuenta tras estudiar cualquier carrera universitaria que cuando se aprende realmente es ejerciendo la profesión. El diseño es, siendo generoso, un 25% de trabajo. El resto es negociación, don de gentes, trato con clientes y empleados y mucho, mucho papeleo. Y desgraciadamente poco de esto se estudia en la Universidad.

Durante esos años trabajaste con un equipo internacional y llevaste proyectos en distintos países, ¿qué te ha aportado esta vida “nómada”? ¿Qué has aprendido de las distintas culturas en las que has trabajado?
Viajar abre la mente. Uno aprende a aceptar otras maneras de pensar y de actuar. Hay que adaptarse a cada situación. Cuesta un tiempo conocer el carácter y personalidad de las diferentes nacionalidades pero cuando las descubres solo queda adaptarse a ellas para poder conseguir los objetivos que te marques. Te doy unos ejemplos…mi experiencia con los egipcios es que puedes decirles siempre que no a todos los cambios que te proponen (si no son para bien del campo de golf) paro al final has de aceptar un pequeño cambio de entre sus propuestas. Cada negociación ha de acabar con la sensación de que ellos se han salido con la suya y todo te ira bien después. Con los indios es muy diferente, por lo general son muy inocentes y solo has de hacerte amigo de ellos para que todo sea mas fácil.

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¿Existen muchas diferencias respecto a la forma de trabajar o de abordar un proyecto en estos países y en nuestro país?
Es una pregunta que no te puedo contestar porque no he realizado ningún proyecto en España. En Europa solo he trabajado en Italia, Rusia, Bulgaria y Serbia. Pero por lo general en Europa y países occidentales el golf no está muy bien visto socialmente y es bastante difícil desde el punto de vista político poner en marcha este tipo de proyectos, cosa que por otra parte entiendo muy bien al haber estado siempre acompañados por la especulación inmobiliaria.

¿Qué ha sido lo más gratificante y lo más duro de crear tu propia empresa de diseño de campos de golf?
Lo mas duro es la incertidumbre. Muchas promesas, algunos estudios y bocetos y pocos ingresos. La comodidad del asalariado es muy tentadora.

Lo mas gratificante la libertad creativa. Cada arquitecto o diseñador tiene su manera de imaginar y de crear y el trabajador por cuenta ajena ha de aprender a pensar como le piden que piense.

creando-campo-de-golf¿Con cuántos profesionales y de qué campos cuentas en tu equipo? Imagino que idear un campo de golf requiere conocimientos de muchas áreas diferentes.
En las relaciones públicas y temas de secretaría está Serena Spini. Las finanzas la lleva Alejandro Avayu y en el asesoramiento de gestión y apertura de los campos en construcción está George Courte. En el tema del diseño, especificaciones y mediciones estoy solo. En la retaguardia tengo a dos de mis compañeros de Escocia, Snorri y Nick, que están para lo que se necesite. Subcontratamos el diseño del sistema de riego y buscamos asesoramiento local de un agrícola para asegurar buenos resultados con la plantación de especies locales.
Luego existe una persona clave en todo campo de golf que es el supervisor de obra. Esta persona ha de tener mucha experiencia y no es fácil a veces encontrar el candidato apropiado por temas de disponibilidad. Esa persona se convierte en uno más del equipo durante los meses de la construcción.

¿Cómo definirías tus diseños? ¿Qué es lo que más valoras a la hora de realizar un proyecto?
Nuestro principio fundamental es integrar el diseño al lugar. En el golf la integración en el paisaje puede ser casi total, cosa que en la arquitectura civil es muy difícil por bien que se haga debido a la coordenada “z” inexistente a esas escalas en el golf. El uso de la flora local e integrar cualquier singularidad que se encuentre en el terreno.

Tan importante como integrar el campo en el paisaje es ajustar el presupuesto a las posibilidades del cliente, construir el campo en los plazos y precios establecidos y pensar en la facilidad en el futuro mantenimiento.

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¿Con qué proyecto de los que has realizado te sientes más realizado?
Como diseño de un campo de 18 hoyos el de Dukhan, Qatar. Fue especialmente gratificante el primer día en la mesa de dibujo con este campo ya que los hoyos iban apareciendo, uno tras otro, en una topografía que dibujaba hasta los obstáculos del campo. Podría ser un campo espectacular si finalmente empieza la obra que lleva varios años aplazándose. De los campos finalizados me agradó que Sharjah Golf and Shooting Club, de 9 hoyos en los Emiratos Árabes, fuese nombrado mejor Nuevo Campo de Golf en Oriente Medio en 2008.

construcción-campo-de-golf¿Cuál es la situación de este sector en España? ¿Realizáis muchos proyectos nacionales o son casi todos en el extranjero?
Este sector esta tan parado como toda la construcción. Por ahora este país debe centrarse en cosas más importantes. Con aprovechar y ocupar las instalaciones existentes para popularizar este deporte ya nos daríamos por contentos. No hemos realizado ningún campo aquí y de momento no tenemos nada sobre la mesa.

¿Qué retos de futuro te planteas?
Por ahora sigue siendo mi sueño diseñar y construir un campo de golf aquí pero no me obsesiono con ello ni mucho menos. Seguiremos respondiendo a cualquier propuesta en cualquier parte del mundo e intentaremos seguir creciendo y aprendiendo. Siento que todavía no me ha llegado el proyecto de mi vida.

¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los estudiantes o recién titulados de arquitectura ante la difícil tesitura del sector de la construcción en nuestro país?
Pues hace poco leí un estudio que decía que el 51% de los 50.000 arquitectos españoles estaba en paro y del 49% con trabajo el 71% cobraba menos de 1.000 euros al mes trabajando para otros. Creo que solo les puedo animar a que no decaigan en el intento de conseguir sus metas.

Con esta situación y por mi satisfactoria experiencia les aconsejaría que salgan fuera. Que le den un apretón al ingles, o cualquier otro idioma si tienen elegido destino, y se lancen a descubrir mundo. Hay lugares maravillosos para vivir y para trabajar. Uno siempre estará a tiempo de volver a casa.